lunes, 13 de febrero de 2012

El Empowerment y las Relaciones Públicas.

 El empowerment como paradigma para la gerencia implica, según su concepto, el empuje de todo un equipo para resolver los eslabones críticos en materia de procesos organizativos, estructurales y funcionales. En este sentido, supone que cada gerente tiene el deber y la responsabilidad de aportar soluciones y crear nuevas ventajas para lograr la efectividad funcional, producto de un esfuerzo individual sinérgico guiado por la estrategia general de la empresa.
En este marco sistémico, el Gerente de Relaciones Públicas debe responder ante estos retos ajustando sus herramientas, intervenir al esfuerzo macro gerencial, sin dejar de vista sus actividades básicas. Implica una doble responsabilidad, pues a la ya tradicional tarea de relacionista, se le adiciona contribuir a poner en marcha el empowerment de la empresa, a través de una comunicación y relacionamiento efectivo de sus públicos, según sea el caso.
Sin embargo, la condición para que este paradigma produzca los efectos esperados, supone, en primer término, ganarse el pleno entendimiento de los gerentes y supervisores, para ir, poco a poco, moviéndose en diferentes direcciones de la estructura organizacional, buscando crear un clima de entendimiento, aceptación y toma de conciencia.
Precisamente es allí donde el Gerente de Relaciones Públicas toma la batuta y dirige los esfuerzos comunicacionales propios de su área profesional en beneficio de toda la empresa. Dicho en otras palabras, el Gerente de Relaciones Públicas buscará persuadir inteligentemente a los trabajadores para que asuman su rol protagónico dentro del empowerment, con la consiguiente responsabilidad que implica transitar por este paradigma gerencial, donde el trabajador pasa de recibir todo de manera mecánica y crear sus propias soluciones y proponer decisiones estratégicas en su micro ambiente. Debe quedar claro, que el Gerente de Relaciones Públicas no busca soluciones en las otras áreas gerenciales, sino que su propósito es colaborar con la Gerencia general a activar el empowerment multidireccional para la consolidación de los objetivos de la empresa; es decir, no se convierte en un súper gerente, sino en una especie de intermediario entre el paradigma gerencial y su puesta en marcha en toda la organización.
Claro está, implica también su aplicación en su propia área de trabajo para responder a tiempo y acertadamente a los otros asuntos de la Relaciones Públicas.

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