lunes, 6 de enero de 2020

REVOLUCIÓN: CAMBIO PERMANENTE

Revolución: Cambio Permanente 

By Esp. Víctor Hugo Tineo Verutti 

   En sentido muy amplio cuando se habla de Revolución se refiere a procesos que replantean los modos de pensar y hacer en el ser humano. 

   Más allá de considerar o evaluar si son positivos para la humanidad, las revoluciones en cualesquiera de sus formas, siempre suponen un antes y un después que se va consolidando con el transcurrir del tiempo. 

   Las personas que forman y han formado  parte de procesos revolucionarios están sujetas a la reacción del medio circundante, sobre todo si se altera el status quo imperante en una determinada área que pudiese ser en la economía, la política, en lo social, en lo tecnológico,en la salud, entre otras. 

   Estas fuerzas imperantes pueden retardar, desvirtuar, anular, castigar, o neutralizar las transformaciones que se originan en un proceso revolucionario, pero a la larga, los nuevos elementos propuestos comienzan a ser manejados por los diferentes sectores buscando su aprovechamiento o beneficio. 

   En este orden de ideas, se infiere que un revolucionario no debería ser un moralista político, ni económico, ni social y mucho menos cultural. Asimismo, un revolucionario no debería ser un dogmático enmarcado en ideas rígidas y extemporáneas que no resistan un análisis temporal y además no puede ser alguien que sea dueño de una verdad absoluta y permanente.

 Recordemos que la Historia de la Humanidad es prolija en innumerables ejemplos de procesos revolucionarios evolutivos e involutivos en las que  han sido parte y actores las naciones de nuestro planeta. Cada proceso significó transformaciones, unas muy operativas y otras más profundas porque llegaron y se internalizaron en el ser social. 

 En el último caso, los procesos revolucionarios lograron traspasar y trascender la esfera de lo inmediato para posicionarse en el mediano  y largo plazo. Pero como procesos, no como personas. Vale decir, se transmiten ideas que deben ir amoldándose y desdoblándose a las nuevas circunstancias para lograr las transformaciones en la forma de pensar y, por consiguiente, actuar. 

  En definitiva, la revolución es un cambio permanente que ha existido en la sociedad y los revolucionarios son sus instrumentos e impulsores  en la medida que logren avanzar a su ritmo. De lo contrario, son simples agentes de cambios superfluos y maleable a sus propios intereses de grupo o individuales. 

   

No hay comentarios:

Publicar un comentario