domingo, 12 de julio de 2015

GERENCIA, EDUCACIÓN Y ESPIRITUALIDAD. Parte 1 Por Esp. Víctor Hugo Tineo Verutti



GERENCIA,  EDUCACIÓN Y  ESPIRITUALIDAD. 
Parte 1
Por Esp. Víctor Hugo Tineo Verutti

Hablar de la gerencia y los modelos gerenciales es un tema insondable en bibliografía y con una doctrina amplia en términos paradigmáticos. No obstante, es imperativo para el caso venezolano,  a mi juicio,  resaltar dos variables  de esta trilogía que ejercen una causalidad poco productiva y positiva en el quehacer del gerente.
 En efecto,  no es suficiente tener un título universitario para tomar las riendas de una organización. Hay que ir más allá.  Dicha educación debe ser de calidad,  tanto cualitativa  como cuantitativamente, pues la teoría es la base de la experiencia en una relación sistemáticamente rotativa.
          Entendiendo esta relación bidireccional,  prosigue determinar el enfoque gerencial a seguir para una determinada organización, sea pública o privada. En este aspecto,  el abanico es amplio y puede realizarse una aplicación combinada de acuerdo al ambiente circundante y sus respectivas variables.
         En este orden de ideas,  es menester incluir una variable que,  a todas luces, enriquece el quehacer y el ingenio humano. Me refiero a su componente espiritual.  En este  aspecto,  no debe confundirse con ideologías políticas ni falsas aproximaciones religiosas.
         El elemento espiritual debería estar confirmado por  valores universales básicos de convivencia civilizada, donde cada dimensión del ser biosicosocial esté en armonía con sus ambientes respectivos, a los efectos de procurar la mayor suma de felicidad individual y, por supuesto, colectiva, porque el ser humano es eminentemente social y gregario.  
          Desde esta visión tridimensional pareciera que la gestión del gerente podría ser más exitosa, pues conjuga sistemáticamente la energía humana para aplicarla  a las múltiples situaciones organizacionales diarias permitiendo avanzar en los retos que derivan tanto del ambiente interno como externo y que son elementos intrínsecos a su cultura organizativa, cuyos resultados buscarían la mayor aproximación posible a un acuerdo ganar-ganar.  
         En consecuencia,  a nuestras organizaciones bien podría hacerle una dosis de gerencia basada en racionalidad,  calidad educativa y fortaleza espiritual, donde cada persona ocupe su lugar en el engranaje laboral y social, en un marco de respeto mutuo, donde impere el civismo, y con sentido del bien colectivo,  pues el prójimo somos todos.

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