domingo, 23 de marzo de 2014

LA RESISTENCIA AL CAMBIO EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Por Esp. Víctor Hugo Tineo Verutti



LA RESISTENCIA AL CAMBIO EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Por Esp. Víctor Hugo Tineo Verutti

Para abordar este tema, primero corresponder definir “el cambio”.  Para  nuestros efectos, denota pasar de un estado de cosas a otro; es un proceso de transición que implica aceptar otro u otros paradigmas para abordar una situación, ya sea laboral, espiritual, familiar, social, ideológica, entre otras. En otras palabras, supone un antes y un después.

En este sentido, el cambio en la administración pública supone, en muchos casos, pasar de una gerencia densamente burocrática y disfuncional, a una gerencia estratégica, apegada a los paradigmas más cercanos a la esencia científica, debidamente probada por las disciplinas o ciencias correspondientes.

No obstante, muchos trabajadores, empleados, obreros o funcionarios se resisten al cambio, pues se sienten bien en su zona de confort laboral, aunque dicha situación implique malgastar los recursos del Estado o no prestar el servicio a la Nación.

Muchas pueden ser las causas a esta resistencia, pero la más certera se refiere a la falta de educación y formación adecuada. En efecto, un analista administrativo, un obrero, una secretaria, pueden estar muy identificados con el Gobierno de turno que les facilitó el empleo, pero si sus competencias no están acorde con el cargo que desempeñan, seguramente prestarán un servicio a la ciudadanía muy mediocre y no estarán aportando nada positivo a  ese Gobierno que les dio una oportunidad para el crecimiento como seres biosicosociales.

Precisamente cuando se pretenden hacer cambios en este tipo de instituciones, la primera reacción es la adversidad, la negación y la descalificación, como mecanismos psicológicos de defensa muy primitivos. Desde ese momento comienza la resistencia al nuevo paradigma. Sin embargo, no todo el personal reacciona de esa manera, pues existen quienes si están ganados para avanzar en su desarrollo técnico, profesional, espiritual y personal, entre otros, con quienes guían ese cambio.

Lamentablemente, quienes se oponen entorpecen el progreso y la reoxigenación de las organizaciones públicas, perdiéndose de esta manera un tiempo valioso e irrecuperable en el logro de los objetivos estratégicos.

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