jueves, 1 de marzo de 2012

DETALLES DE UNA CENA PROTOCOLAR EN EL PALACIO DE BUCKINGHAM


DETALLES DE UNA CENA PROTOCOLAR EN EL PALACIO DE BUCKINGHAM
ANFITRIONA: LA REINA

Poco antes de que comience un banquete oficial, esa mismo día, la Reina inspecciona por última vez la gran mesa(s). Una vez que la lista de invitados, que incluye, entre otros,  a miembros de la Familia Real y del Gobierno, al primado anglicano, el Gobernador del Banco de Inglaterra y los líderes de los principales partidos políticos, recibe la aprobación de la soberana se procede a remitirlas. Las invitaciones se envían, con unas seis (6) semanas de antelación.
 Y a partir de ese momento comienza el proceso. La antelación es fundamental, pues  hay más de un millar de copas de fino cristal por pulir, 170 servilletas de lino por doblar y más de 20 arreglos florales por preparar. El menú, escrito en francés, la lengua clásica de la gastronomía, consiste normalmente de cuatro (4)  platos, pescado, carne, postre y fruta, aunque hay dietas especiales para vegetarianos.
La mesa comienza montarse dos (2) días antes del banquete. Es un trabajo muy detallista, pues  hay que mantener las distancias reglamentarias entre cada invitado y colocar todo el servicio, que ocupa un espacio de 45 centímetros de un extremo a otro. Por ejemplo, cada asistente cuenta con seis (6) copas, para el agua, el vino -blanco y tinto-, el oporto, una quinta para brindar y otra para el postre: en total 1.014 copas que fueron fabricadas para la coronación de la reina, en 1953. La silla de cada invitado debe  silla estar ubicada a 68,58 centímetros de la mesa.
El personal del Palacio limpia y pule el millar de copas del más fino cristal, la vajilla de porcelana de Sèvres y la cubertería de plata hasta completar unas 5.000 piezas, incluida una colección de candelabros, cuya altura variable indica el estatus del comensal.
 Los banquetes de Estado requieren unos preparativos de hasta seis (6) meses de antelación, aunque la mise en place se ejecuta en dos (2) días.
El banquete es servido por un equipo de 100 hombres coordinados por el mayordomo de Palacio. Los lacayos, con sus trajes rojos y dorados, entregan la comida a los pajes que, vestidos con su uniforme azul oscuro, sirven a los invitados. Una suerte de semáforo ayuda a la perfecta sincronización de esa operación: una luz azul significa permanecer a la espera, una ámbar señala el momento de servir la comida que ha preparado un equipo de 20 chefs.
A  estos detalles y muchísimos otros  se le denomina Protocolo y Etiqueta Social de Mesa.

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